Uno de los propósitos de año nuevo que tengo es en capacitarme más en fotografía y en comprar más equipo para poder hacer lo que se me antoje, y enfocarme completamente en la parte creativa. Así que para esto debo aprender de aquellos que considero los mejores.

Hace mes y medio participé en un taller de fotografía de desnudo que me dejó profundamente marcada. La experiencia se llamó El Banquete de Platón, el taller es hecho y dirigido por la fotógrafa Danáe Kótsiras (si, tiene raíces griegas) y desde el inicio me sentí rodeada de un ambiente que iba más allá del simple registro del cuerpo: se trataba de explorar al ser humano en su totalidad, en sus luces y sus sombras, en su vulnerabilidad y en su potencia.

PORQUÉ ELEGIR UN TALLER DE FOTOGRAFÍA AL DESNUDO

Elegí tomar el porque sentí que era el siguiente paso natural en mi camino fotográfico, y solo tomo talleres con personas que conozco, o en su defecto que me recomiendan personas que conozco. Y este fue el caso con Danáe. Esa seguridad me permitió entrar al desnudo desde otro lugar, no desde el morbo ni la curiosidad vacía, sino desde la convicción de que los modelos son herramientas creativas para dar forma a una idea (no mentiré, pero para mi fue importante que lo organizara una mujer, porque creo que la concepción que las mujeres tenemos una concepción muy distinta de la desnudez, contraria a los hombres, e incluso me atrevo a decir que mas control del respeto).

En mi caso, lo que queria o mi idea era retratar las múltiples facetas del amor: no desde lo erótico (eso solo me nace con el bato que me gusta hahaha, aunque quisiera no podría materializarlo ni con los modelos que son personas profesionales), sino también el de la entrega, el de exponer el cuerpo y el alma al ser amado en sus distintas dimensiones.

UN POCO SOBRE EL PROCESO CREATIVO

En mi trabajo fotográfico decidí utilizar la exposición múltiple, porque me parecía la técnica más cercana a lo que quería narrar: que el amor nunca es una sola cosa, sino un entretejido de capas, emociones y contradicciones. Una de mis imágenes favoritas muestra a una pareja que parece odiarse, y sin embargo, al final de la secuencia, se abrazan. Para mí, esa fotografía habla de cómo las tensiones, los conflictos y las reconciliaciones también forman parte del amor.

También algo que me gustó mucho fue una dinámica en la que fotografiamos…… sin usar la vista! Y los resultados me impresionaron!

Además de la experiencia creativa, este taller me dejó mucho aprendizaje técnico. Experimentar con esquemas de iluminación en un contexto tan retador me permitió reafirmar conocimientos y descubrir nuevas posibilidades para narrar con la luz. Me impresionó también la visión artística de varios de mis compañeros: cada uno encontró un lenguaje propio para abordar el desnudo, y eso enriqueció muchísimo la experiencia (no se de donde jolines sacaban troncos, máscaras africanas y un sin fin de chucherías que hicieron de las fotografías algo único) No puedo dejar de mencionar la forma en la que Danae llevó el taller, con sensibilidad, guía y un acompañamiento que no terminó en esas sesiones, sino que ha seguido con un seguimiento cercano y valioso. Y aunque este capítulo fue importante, aquí no acaba la historia: se vienen cositas y una grata sorpresa!!!!!

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Soy Lucy

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